sábado, 20 de octubre de 2012

MANOS



Manos que tiemblan al querer rozar mi plumaje, erizado por la desconfianza, por que bapulean a un Ángel que antaño era poderoso que reinaba las noches donde vosotros dormíais. Mientras mis manos quieren tocaros se quedan heladas, no reaccionan mis manos están inertes, manos que temen volver a dar caricias para solo recibir cachetadas manos sangrientas que no sienten nada al tocar su propio cuerpo.
Manos que están viscosas de la sangre que emana de ella al morder su carne de impotencia. Las manos que son esenciales para amar, querer, sentir, tocar, solo se han convertido en la parte distal de mis brazos cansados de no tener a nadie. Ángel del mal ya nada es como era.